Después llegaron las otras vírgenes diciendo: ¡Señor, Señor! ¡Ábrenos la puerta! Pero él les contestó: ¡La verdad es que yo no las conozco! (Mt.25:11-12) PDT
La parábola no describe a un verdadero discípulo que pierde la salvación, sino al falso cuyo compromiso con Jesús fue deficiente desde el comienzo.
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