El papá de Publio estaba muy enfermo de fiebre y disentería. Pablo fue a visitarlo, oró por él y después de imponerle las manos, quedó sano. (Hch.28:8) PDT
Esa misma mano que el diablo atacó, fue la mano que Dios usó, el diablo te va a atacar a través de lo que Dios te usa.
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