Sal de este lugar y vete al oriente; escóndete allí, cerca del arroyo de Querit, frente al río Jordán. Saciarás tu sed en el arroyo, y ya he mandado a los cuervos que te lleven de comer. Pero después de algunos días el arroyo se secó, porque no había llovido sobre la tierra. (1Re.17;3-4,7)RVC
¿Se ha secado alguna vez la fuente de bendiciones de Dios en su vida?
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