¡El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo! Así que Saúl por fin accedió: Está bien, adelante. ¡Y que el SEÑOR esté contigo!(1Sa.17:37)
La prueba del valiente está en saber sobrellevar cualquier derrota, sea la que fuere, sin perder el ánimo.
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