Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo tiró al suelo y lo hizo convulsionar. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y lo regresó a su papá. (Lc.9:42) PDT
En la presencia del verdadero Rey, los representantes del falso rey no tienen otra opción, sino la de renunciar y huir.
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