Después, Jesús les contó otra historia: «El reino de Dios es como una semilla de mostaza que un hombre sembró en su campo. Esta semilla es la más pequeña de todas, pero cuando crece, se vuelve la planta más grande del campo. Se hace árbol a tal punto que vienen las aves y hacen nidos en sus ramas». (Mt.13:31-32) PDT
El reino de Dios es tan moderado y respetuoso en su crecimiento, que muchas personas lo ignoran o rechazan, ya que lo consideran de poca importancia, sin embargo, y al final de todo, crecerá hasta manifestarse a todo ser humano como el mayor de todos los reinos.
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