La muerte me tenía atrapado; me dominaba el miedo de morir. ¡Sentí una angustia terrible! (Sal.116:3) TLA
Podemos tener tanto miedo a la muerte que nunca vivimos, tanto miedo al fracaso que nunca nos arriesgamos, tanto miedo al dolor que nunca descubrimos cuán fuertes somos realmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario