Ustedes fueron salvos gracias a la generosidad de Dios porque tuvieron fe. No se salvaron a sí mismos, su salvación fue un regalo de Dios. La salvación no es algo que ustedes hayan conseguido, pues nadie puede decir que se salvó a sí mismo. (Ef.2:8-9) PDT
Las buenas obras no se realizan para obtener salvación, sino, precisamente, porque ya se la ha obtenido.
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