Quiero que me prometas ante el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no vas a elegir una esposa para mi hijo de entre las hijas de Canaán, entre quienes vivimos. Prométeme que vas a ir a mi país, mi tierra natal, y allá vas a conseguir una esposa para mi hijo Isaac. (Gen.24:3-4) PDT
¡Qué pena que tantos matrimonios resulten ser una desilusión cuando se contraen con tanta ligereza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario