Una persona muere próspera, muy cómoda y segura, la viva imagen de la salud, en excelente forma y llena de vigor. Otra persona muere en amarga pobreza, sin haber saboreado nunca de la buena vida. Sin embargo, a los dos se les entierra en el mismo polvo; los mismos gusanos los comen a ambos.
(Job.21:23-26)
El que no toma la decisión de vivir como Dios quiere, tomará la decisión de morir como el diablo quiere.
(Job.21:23-26)
El que no toma la decisión de vivir como Dios quiere, tomará la decisión de morir como el diablo quiere.
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