Cuanto más pensaba, más me enardecía, hasta que disparé un fuego de palabras. (Sal.39:3)NTV
La Impaciencia comienza con los malos pensamientos y terminan en nuestra forma airada de hablar.
La Impaciencia comienza con los malos pensamientos y terminan en nuestra forma airada de hablar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario