Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Stgo.1:15)
La batalla mas grande por nuestra alma no es la guerra que se da entre ángeles y demonios; es la guerra que se da dentro de nuestros pensamientos.
La batalla mas grande por nuestra alma no es la guerra que se da entre ángeles y demonios; es la guerra que se da dentro de nuestros pensamientos.
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