¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. (1Pe.1:3-5) NVI
Si usted ha aceptado el regalo de la salvación que Cristo ofrece, no importan las pruebas o la persecución que experimente, su alma está segura y recibirá las recompensas prometidas.
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