Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los malos tiempos y te aflija la vejez. Así no tendrás que decir: «Desperdicié mi vida». (Ecl.12:1) PDT
Acuérdate de Dios ahora mismo y no, cuando ya hayas acabado de divertirte y hayas arruinado tu salud con drogas, con alcohol y con tabaco y tengas que decir, "Bueno, ya estoy muy enfermo ahora mejor voy a buscar a Dios".
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