También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. (Gen.4:4-5) DHH
Dios evalúa tanto nuestros motivos como la calidad de lo que le ofrendamos, por eso debemos darle con alegría lo mejor de nuestro tiempo, dinero, posesiones y talentos.
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