Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.(2Co.12:9)
No hay peor pecado que el de la autocompasión porque elimina completamente a Dios y coloca en el trono a nuestros intereses personales. Este pecado nos lleva a abrir la boca sólo para quejarnos y nos convierte en esponjas espirituales, siempre absorbiendo, nunca dando y nunca nos llenamos.
No hay peor pecado que el de la autocompasión porque elimina completamente a Dios y coloca en el trono a nuestros intereses personales. Este pecado nos lleva a abrir la boca sólo para quejarnos y nos convierte en esponjas espirituales, siempre absorbiendo, nunca dando y nunca nos llenamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario