Y él le dijo: Ven. Entonces Pedro salió de la barca y comenzó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. Pero al sentir la fuerza del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor, sálvame! Al momento, Jesús extendió la mano y, mientras lo sostenía, le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. (Mt.14:29-32)
Muy a menudo la tormenta cesa en cuanto te das por vencido y retrocedes a lo que tu crees es un lugar seguro.
Muy a menudo la tormenta cesa en cuanto te das por vencido y retrocedes a lo que tu crees es un lugar seguro.
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