Eso pasó hace cuarenta y cinco años, y todo este tiempo que nuestro pueblo ha andado por el desierto, Dios me ha protegido, tal como lo prometió. ¡Mírame! Ya tengo ochenta y cinco años, pero estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a explorar. ¡Y todavía puedo pelear!(Jos.14:10-11)TLA
Nunca debemos dar por terminada nuestra obra para Dios, hasta que haya terminado nuestra vida.
Nunca debemos dar por terminada nuestra obra para Dios, hasta que haya terminado nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario