Imagínense que un rico, vestido con ropa muy fina y con un anillo de oro, entra en donde ustedes se reúnen, y que al mismo tiempo entra un pobre, vestido con ropa muy gastada. Si ustedes atienden mejor al rico y le dicen: «Ven, siéntate en el mejor lugar», pero al pobre le dicen: «Quédate allí de pie», o «Siéntate en el suelo» (Stgo.2:2-3) TLA
La fe en Cristo se deforma cuando la mirada se inclina más al oro que al corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario