Traten de vivir en paz con todo el mundo y tengan una vida libre de pecado. El que no tenga una vida dedicada a Dios, no podrá ver al Señor. (Heb.12:14) PDT
No significa que tengamos que alcanzar la perfección antes de llegar a la presencia de Dios, sino que tenemos que estar santificados, apartados para el Señor, habiendo renunciado a nuestros errores personales y a las tentaciones de este mundo.
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