No decimos todo esto para hablar bien de nosotros mismos. Tampoco necesitamos presentarles cartas que hablen bien de nosotros, ni les pedimos que ustedes las escriban para que se las presentemos a otros. Algunos sí las necesitan, pero nosotros no. (2Co.3:1) TLA
Si tú identidad depende del reconocimiento y aprobación de la gente, no importa cuánto logres, cuán capaz y exitoso seas, siempre vivirás con un vacío de fracaso y sin identidad.
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