El Señor se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro se acordó de que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante tres veces, dirás que no me conoces». Y Pedro salió de allí a llorar amargamente. (Lc.22:61-62) NBV
Si no fuera por nuestras caídas no conoceríamos la misericordia de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario