Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto? Porque de Ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de Tu mano te damos. (1Cr.29:14) NBLATodo lo que tenemos se debe a la generosidad de Dios, si alguna vez dejáramos de ser generosos con otros ¿podríamos esperar que Dios siguiera siendo generoso con nosotros?
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