Entonces Dios se acordó de Noé y de todos los animales salvajes y domésticos que estaban con él en la barca. Envió un viento que soplara sobre la tierra, y las aguas del diluvio comenzaron a retirarse. (Gen.8:1) NTV
Cuando Dios nos ve, se acuerda de sus promesas, de sus planes que tiene para cada uno de nosotros y viene en nuestra ayuda.
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