Como un ciervo busca agua fresca cuando tiene sed, así me desespero yo buscándote, Dios mío. (Sal.42:1) PDT
Cuando lo que nos mueve es el hambre y la sed por el Señor, jamás dejaremos que otras cosas compitan con El en nuestras vidas.
Cuando lo que nos mueve es el hambre y la sed por el Señor, jamás dejaremos que otras cosas compitan con El en nuestras vidas.
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