Y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo. (Lc.3:22)NVI
El amor de Dios es incondicional, pero hacerlo sentir complacido es condicional a nuestra obediencia.
El amor de Dios es incondicional, pero hacerlo sentir complacido es condicional a nuestra obediencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario