Sin embargo, aunque lo sabían muy bien, no quisieron ni adorar a Dios ni darle gracias. Al contrario, se pusieron a concebir ideas estúpidas y, en consecuencia, sus necios entendimientos se oscurecieron. Al creerse sabios, se volvieron aun más necios. (Ro.1:21-22)NBD
Sin la presencia de Dios en tu vida, tus emociones, pensamientos y acciones estaran al margen de su voluntad.
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