Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. (Mt.9:20-21)
El no se mueve por las necesidades de la gente sino por la fe.
El no se mueve por las necesidades de la gente sino por la fe.
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