Una mujer de esa región, que era del grupo al que los judíos llamaban cananeos, se acercó a Jesús y le dijo a gritos:¡Señor, tú que eres el Mesías, ten compasión de mí y ayúdame! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho! (Mt.15:22) TLA
Aunque muchas veces solo es la necesidad la que nos empuja a buscar de Jesús, sin embargo nunca seremos desechados por Él.
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