Entre los animales salvajes que Dios creó, no había otro más astuto que la serpiente. Un día, la serpiente le dijo a la mujer: ¿Así que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín? (Gen.3:1) TLA
La primera táctica diabólica es poner en duda la palabra que Dios nos ha dado.
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