Las riquezas mal adquiridas no tienen un valor duradero, pero la vida honrada libra de la muerte. (Pr.10:2) NBV
Los principios que Dios establece para una vida recta llevan consigo una felicidad duradera, debido a que nos guían hacia una buena conducta que perdura a pesar de nuestros sentimientos siempre cambiantes.
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