He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. (Ecl.4:4) RVR
Los que sobresalen en integridad causan envidia a los que se exceden en corrupción, lo cual no debe desanimarnos a seguir obrando bien, sino llevarnos a esperar elogios, no de los hombres sino de Dios.
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