Mientras ella continuaba en oración delante del Señor, Elí le estaba observando la boca. Pero Ana hablaba en su corazón, solo sus labios se movían y su voz no se oía. Elí, pues, pensó que estaba ebria. (1Sa.1:12-13) NBLA
Los sueños que Dios cumple no son por lo general los que se publican sino los que quedan guardados en el corazón.
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