Así que Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, los montó en un asno y volvió a Egipto. En la mano llevaba la vara de Dios. Ya en el camino, el Señor salió al encuentro de Moisés en una posada y estuvo a punto de matarlo. Pero Séfora, tomando un cuchillo de pedernal, le cortó el prepucio a su hijo; luego tocó los pies de Moisés con el prepucio y le dijo: «No hay duda. Tú eres para mí un esposo de sangre»(Ex. 4:20,24-25) NVI
Para construir nuestra casa, no solamente es necesario tener la vara ministerial, sino también el cuchillo para estar dispuestos a circuncidar y limpiar aquellas áreas que no están en orden.
Para construir nuestra casa, no solamente es necesario tener la vara ministerial, sino también el cuchillo para estar dispuestos a circuncidar y limpiar aquellas áreas que no están en orden.
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