Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. (Ef.1:4-5)NTV
No dejemos que nuestros sentimientos roben la bendición de la aceptación y la aprobación de Dios; no dejemos que las opiniones de la gente determinen nuestra dignidad y valor en lugar de apoyarnos en la Palabra de Dios.
No dejemos que nuestros sentimientos roben la bendición de la aceptación y la aprobación de Dios; no dejemos que las opiniones de la gente determinen nuestra dignidad y valor en lugar de apoyarnos en la Palabra de Dios.
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