El centurión le respondió: Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa. Pero una sola palabra tuya bastará para que mi criado sane. Porque yo también estoy bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes. Si a uno le digo que vaya, va; y si a otro le digo que venga, viene; y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, lo hace. (Mt.8:8-9)RVC
Si queremos tener autoridad sobre el enemigo y sobre todas las obras del diablo, debemos someternos a Dios.
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