La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se le deja crecer, da a luz la muerte. (Stgo.1:14-15) NTV
Una mente llena de lujuria solamente quiere una cosa; la satisfacción que nunca puede tener.
Una mente llena de lujuria solamente quiere una cosa; la satisfacción que nunca puede tener.
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