Hijo de hombre, no tengas miedo ni de ellos ni de sus palabras. No temas aunque sus amenazas te rodeen como ortigas, zarzas y escorpiones venenosos. No te desanimes por sus ceños fruncidos, por muy rebeldes que ellos sean. (Eze.2:6)NTV
Cuando ya no le tienes temor a la muerte, ya no le tienes temor a nada.
Cuando ya no le tienes temor a la muerte, ya no le tienes temor a nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario