Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo. (Ga.1:10)NTV
¿A quién intentas agradar hoy? Nunca podrás agradar a todos, pero sí a Aquel que es más importante, tu Padre Dios, mantén tus ojos en él y no fracasarás.
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